martes, 5 de abril de 2005

Torres del Paine: Dia 8 - Pehoé y Campamento Italiano

Partimos 9:30hs hacia Pehoé. El camino es con el Paine grande de un lado y el lago Grey del otro, y se caracteriza por las espectaculares vistas del glaciar y el lago desde diferentes alturas. Cuanto mas uno se aleja, mejores vistas tiene. Al rato nos desprendemos del lago Grey y nos internamos en un valle seco donde experimentamos los vientos mas furiosos del circuito. Vientos helados capaces de tumbar a cualquiera. Ajustamos bien el rompevientos y la capucha, nos pusimos protector labial y continuamos.


El cerro Paine Grande

Cuatro horas después de haber partido llegamos a “El Hospital”, como se conoce a la gran hostería de Pehoé. Ahí pudimos dar señales de vida a nuestras familias, ya que existía la posibilidad de utilizar Internet y llamar por teléfono. Tomamos un chocolate y compramos algunos víveres en el almacén del lugar, donde los precios eran considerablemente mas bajos que en Dickson y Grey. Muy linda vista con el lago Pehoé de fondo y su particular color turquesa- verde agua. El lugar para acampar no nos gustó, era una zona muy descampada y demasiado ventosa. Como teníamos tiempo, decidimos continuar las 2 horas hasta el campamento Italiano. Esto nos permitiría aprovechar mas el día siguiente en el Valle del Francés. A las 16hs ya estabamos caminando, con las primeras vistas de los majestusos Cuernos del Paine.

El lago Skottsberg y los Cuernos del Paine

El camino no presenta dificultad y lo realizamos en menos de dos horas. Fuimos por una ladera con el Paine grande a nuestra izquierda y bordeando el lago Skottsberg a nuestra derecha. Mas tarde pasamos por otra pequeña laguna, también a nuestra derecha y finalmente arribamos al Río Francés, lo cruzamos por un gran puente colgante y al final del mismo apareció el campamento Italiano. Llegamos ya con poca luz para armar la carpa porque el campamento esta ubicado en medio de un bosque muy frondoso. El campamento es de la Conaf y como facilidades tiene solo pequeños baños y una pileta para lavar. Además tiene un puesto para el guardaparques, quien brilló por su ausencia.Esa noche el viento rugió con fuerza sobre nuestra carpa, penetrando con total facilidad en un bosque en el que nos creíamos totalmente al reparo.

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